Ya hemos hablado en alguna ocasión de su predecesora Iron Man 2. Esta vez le ha tocado a la tercera parte de la saga que fue dirigida por el director Shane Black y que también participó a la hora de escribirla. Este famoso personaje, también fue guionista, y dirigió en su día, películas como Arma Letal, Kiss Kiss o Bang Bang.
Uno de los signos que le caracteriza es que el mismo graba las escenas que propone, de esta manera consigue que le espectador sienta la máxima intensidad. El resultado es raro, pero funciona y es emocionante, juega con los superhéroes y les hace diferentes.
Uno de sus protagonistas, Stark, probará en esta ocasión una arma nueva, la lluvia de ideas. Esta nueva herramienta le permitirá a nuestro protagonista, comprimir los objetos y hacerlos pedazos adhiriéndolos a la armadura como si fuera un imán gigante. El metal parece atacarle, porque se acercarán a el como una bala, pero su armadura los absorberá sin hacerle ningún rasguño.
Otro de los personajes que aparecerá en esta parte es la figura de Mandarin, toda una novedad. Es un terrorista en masa, y además tiene unas características físicas muy peculiares. Interpretado por Ben Kingsley, su voz atrapará al espectador y temblará en el asiento. Para que os hagáis una idea, su voz puede compararse con la de un loco psicópata, aunque con un toque racional.
Pero si hay personajes en esta película, esos son los malos. Aldrich Killian es uno de los aliados de Mandarin, un ex científico le ayudará en todo lo que puede. Stark de todas maneras, intenta que Mandarín se le acerque, que acuda a él. El problema es que la respuesta es muy violenta, potentes cohetes irrumpen en la casa de Stark hasta destruirla.
Intentar salvar el mercado
Muchos saben que la saga Iron Man está basada en los cómicas que llevan su nombre. Aunque en principio sea una idea estupenda, el problema llega cuando este mercado se masifica y ya nada parece original y novedoso.
En realidad es una película llena de acción y movimiento. Situaciones tensas con personas locales, un enfrentamiento entre el protagonistas y uno de sus mayores enemigos, James Rhodes, momentos románticos con Pepper, interpretada por Gwyneth Paltrow; y fantasía para parar un tren. Su objetivo está cumplido, hacer pasar un buen rato al público y dejar un momento los problemas y las preocupaciones a un lado, es simplemente sano.