La película de la que hoy me apetece hablarte entra más en el género del cine fantástico que en el de ciencia-ficción, pero, al mismo tiempo, posee algún elemento de este género, como es el caso del what if. Esto es, que “qué ocurriría si…”. Además, me apetece hablar de ella.
Se trata de una obra de 1946, en glorioso blanco y negro y dirigida por el inefable Frank Capra. Estoy hablado de “Qué bello es vivir”. Como no todos tenemos por qué haberla visto, diré que la cinta habla de un buen hombre al que, a punto de suicidarse, se le aparece un ángel y lo disuade mostrándole cómo habría sido el mundo sin él.
Obviemos al ángel, que, de acuerdo, tiene poco de científico y pensemos en la cuestión de cómo habría sido el mundo si alguna de la personas no hubiera existido. La cuestión no es nueva y podría haber tomado como referencia cualquier tratado que habla de qué habría sido del mundo si uno u otro dictador no hubiera existido, por ejemplo.
El concepto de intrahistoria
Pero no es esa la cuestión: no se trata de borrar –imaginariamente- a aquéllos cuyo nombre figura, para bien o para mal, en la Historia, sino de borrar a los que de verdad hacen la historia. Lo que determinados historiadores definen “intrahistoria”. Dicho de otro modo, con un ejemplo:
Julio César cruzó el Rubicón, pero… ¿Lo cruzó el solo? Cada uno de los hombres que atravesaron el río tuvo que colaborar para que el general llegara al poder, sin embargo, la Historia sólo lo menciona a él. Y el planteamiento de la novela que nos estamos imaginando lo elimina a él.
El soldado borrado
Pues la obra de Capra borra a uno de los soldados, sólo que en lugar de hablar de tiempos de la Roma clásica habla de medidos del siglo XX. El mundo que el ángel le enseña al suicida es triste, con mucha gente a la que él ha hecho feliz que sería terriblemente desgraciada…
La obra es, si queremos verla desde el punto de vista de la ficción científica, un estudio de hasta qué punto llega a influir la existencia de un solo individuo en toda una sociedad. Claro que si queremos estudiarla desde el ángulo más humano lo que nos dice es que por insignificante que creamos que es nuestra vida, la de otros sin la nuestra sería catastrófica: todos tenemos un papel, simplemente por el hecho de existir, en la vida de los demás.