Pues sí, al final he tenido que verla. Tras un montón de tiempo dando vueltas por pelisyonkis en busca de películas postapocalípticas y evitando esta, no me ha quedado otra. No la evitaba por nada en concreto, pero había preguntado a un par de amigos por ella y ninguno la había visto; y uno tiene una agenda apretada, entre tanto juego flash y tanto vídeo de gatito en youtube…

Me estoy refiriendo a la película llamada… bueno, en español se llamó 2024: apocalipsis nuclear, pero que se ha popularizado como Un muchacho y su perro, traducción literal del título en inglés (otro día hablaremos sobre la manía española de alterar los títulos hasta hacerlos irreconocibles). Rodada en 1975 por L. Q. Jones y protagonizada por Don Johnson y un perro, es una especie de comedia infantojuvenil ambientada en un futuro postnuclear.

nuclear

El subtítulo de la peli (A rather kinky tale of survival, o sea, “un cuento de supervivencia bastante pervertido”) ya indica bastante acerca del leve argumento. Partimos del presupuesto de que Blood, el perro de Vic (Don Johnson), puede hablar con su dueño telepáticamente. Bueno, el perro, porque Don Johnson habla normal. El caso es que, entre aventuras propias del cyberpunk, llegan a un mundo subterráneo…

Una joya de la serie B postapocalíptica

En ese mundo subterráneo se ha reconstruido una sociedad ordenada, reflejo de la añorada América de los cincuenta. En ese contexto, Vic se verá abocado a convertirse en donante de semen “forzado” para compensar la falta de jóvenes varones en la nueva sociedad. El sueño de cualquier lúbrico jugador de rol de quince años. Bueno, y de los que no juegan al rol, también.

No es sorprendente, teniendo en cuenta que la película comienza con Vic obligando a su perro a buscar una mujer, tras seis semanas “sin meterla en caliente”, mientras el perro, bastante más sensato y con más experiencia (Vic sólo recuerda el mundo postnuclear) quiere buscar el típico paraíso prometido de este tipo de películas (en este caso, situado “tras la colina”).

Bueno, pues el caso es que no está tan mal. Entiéndaseme, que tampoco es El Padrino, ni el precedente de Mad Max, como he leído por ahí, pero hay que tomársela como lo que es: un entretenimiento para el sábado por la tarde. Y en esta categoría, o vista como producto de serie B, resulta incluso atractiva, sin que se sepa muy bien por qué…