¿Imaginas que ahora que llega el buen tiempo, no pudieras salir a la calle? ¿Que hay algo que te impide sentir más los rayos de sol en tu cuerpo? ¿Que se acabaran las terracitas, las cañas, las pipas en los bancos? Convertirte en un hombre-topo, acostumbrado a vivir en la penumbra.

Eso es más o menos el futuro que nos describen los hermanos Álex y David Pastor (Infectados 2009). Volviendo al miedo psicológico y paranoico en su nueva película “Los últimos días”.

Barcelona, centro apocalíptico

Es el año 2013. Aparentemente es otro día normal en la cosmopolita Barcelona. Un vaivén de gente que se cruza por sus calles, que van al trabajo, que hacen la compra o que pasean hacia ningún sitio concreto. Pero algo pasa. No es un día tan apacible, algo raro está ocurriendo y muy pocos son conscientes.

En el ambiente hay algo raro. Algo que hace enfermar a las personas que están en el exterior, que te hace tener mareos, ser vulnerable y te crea ansiedad. Nos trastorna desarrollando una agorafobia, haciendo a los ciudadanos mantenerse en los interiores de sus casas, centros de ocio, trabajos… Un miedo a lo inexplicable que se incrementa con las primeras muertes de aquellos que han permanecido expuestos más tiempo a la intemperie.

Nadie puede hacer nada, el mundo se sumerge en esta clausura mientras los militares, gobernantes y cuerpos de seguridad se desmoronan por no poder hacer nada. Una gran depresión sin ninguna clase de optimismo que hace que las personas despierten su peor lado, el intuitivo, agresivo y cruel. El que nos hace sobrevivir.

¿Dónde está Julia?

En este marco narrativo, nos encontramos con Marc (Quim Gutiérrez). Un joven barcelonés que comparte vida con su novia, Julia (Marta Etura). Aun siendo consciente de que algo raro empezaba a desarrollarse fuera, Marc decide salir, mientras Julia se queda en casa.

Movido en parte por la curiosidad de saber qué está pasando y por la confianza de no haber despertado ningún síntoma de ansiedad. El joven pasea y observa incrédulo: no hay gente. No entiende lo que pasa, pero de repente Marc intenta salir de un edificio y se marea. Está infectado.

La vida cambia, ahora soólo animales vagan por las calles. Un desierto de coches y aceras el cual sólo se puede contemplar desde las tripas de los edificios.

En este drama se mueve el mundo, pero Marc necesita salir a la calle, encontrar a Julia. Así que emprende esta misión, encontrar a su novia y demostrarse que sigue viva, esperándolo.