También podríamos haber llamado a este artículo “¡Ay Shakespeare…cuánto daño has hecho!”. Y es que son innumerables las películas que se desarrollan en torno a amores imposibles por culpa de las familias, el religión, el planeta de una galaxia muy lejana…

Pero parece que todas son pocas, pues ahora le toca el turno al largometraje “Un amor entre dos mundos”, que aunque rodada en 2012, se estrenó el nuestro país el pasado día 6 de Marzo.

Rodada por el guionista y director argentino Juan Solanas, nos trae esta historia de amor y ciencia ficción protagonizada por la carismática Kirsten Dunst (Trilogía de “Spiderman”, “La sonrisa de Mona Lisa”) y Jim Sturgess (“El atlas de las nubes”, ”21: Blackjack”)

El amor pone tu mundo patas arriba

Esta película nos traslada a un mundo un tanto peculiar. Donde la gravedad toma sus propias leyes, creando a su vez dos mundos: los de arriba y los de abajo. Algo que hace a su vez que los que están en el superior también los estén en cuanto a decisiones y riqueza. Estas diferencias separan a los dos mundos, quienes tienen que convivir pero estos roces hacen que esté prohibido poder tener cualquier tipo de relación entre los diferentes habitantes.

Adam sólo es un niño cuando empieza a entender lo complicado del asunto. Se encuentra a Eden, una chica de “arriba”. Tras superar los miedos comienzan una historia de amistad hasta que son descubiertos y los separan para siempre.

10 años han pasado desde que aquel niño asumiera las consecuencias de sus actos. Ahora es un hombre que trabaja y vive humildemente de su jornal. Aunque de apariencia gris, siguen en él las ilusiones y alegría del recuerdo de Eden. Y esta obsesión le llevará a buscar de nuevo a la joven.

Dejando a un lado el amor

Aunque aparentemente el drama de esta película sea la ya muy trillada historia imposible de dos jóvenes amantes, la película canadiense tiene otros puntos que la alejan y distinguen este film de otros con el mismo desarrollo.

El principal es la lucha de estos dos mundos que conviven en un mismo planeta. Ambos son aparentemente simétricos, pero con una clara diferencia de clases. ¿Os suena de algo esta realidad? El director nos ofrece un sentimiento de valentía, rebeldía e inconformismo que se ve reflejado en el personaje de Adam. Lo que hace que, aunque la película se centre en el amor, no caiga en la etiqueta de película ñoña o con gran carga de pasteleo.

Como punto final tenemos que hacer  una reseña al actor protagonista Jim Sturgess, quien cada vez va cogiendo más peso en la gran pantalla.