No entiendo a las personas que sólo tienen una pasión. Tal vez porque tengo la sangre muy caliente, me gusta conjugar aficiones, ser –vamos a darle una buena coz al diccionario- polipasional. Y dos de las pasiones que me encanta mezclar son la música y la ciencia ficción, en todos sus términos y estilos.
De vez en cuando, mientras me relajo viendo en el deuvedé una peli, me sorprendo tarareando la banda sonora o, como es el caso, canturreando una canción relacionada con lo que estoy viendo. De hecho, lo he convertido en un juego: se trata de asociar una canción que no aparezca en la película o que no esté demasiado relacionada con la novela a la propia obra de ciencia ficción.
Un ejemplo, por si te apuntas al juego: mientras veía, por enésima vez, la escena de “He visto cosas que vosotros jamás creeríais (…)” de Blade Runner, me he puesto a canturrear “Llamando a la Tierra”, de la banda murciana M-Clan: “He visto una luz, / hace tiempo Venus se apagó, / He visto morir / una estrella en el cielo de Orión (…)”.
Simbiosis
La mecánica parece clara, ¿verdad? Y la idea que pretendo transmitir, más cerca de quedar también entendible. Porque, aunque podría, no quiero hablar de mis costumbres, de mis manías y de mis estupideces mentales.
La idea es que, aunque la música muy bien podría existir sin la ciencia ficción, determinadas canciones no habrían nacido nunca. Para dejar clara la tesis principal de este artículo voy, esta vez sí, con varios ejemplos, dejando de nuevo de lado las bandas sonoras:
Con o sin equivalente en el género
Vamos a comenzar por un clásico del pop español. El 16 de abril de 1983 Ana, José María y Nacho, Mecano, publicaban su sencillo “Barco a Venus”. La canción no habla de ciencia ficción. Es más: trata de la durísima realidad de la droga, pero con unos versos que se han quedado para la posteridad y que entroncan con la ciencia ficción y con el siguiente párrafo: “Déjalo ya / sabes que nunca has ido / a Venus en un barco (…)”
Y no es a Venus, sino a Urano a donde nos lleva el cohete de Vengaboys, que nos ponían a bailar son su pegadizo eurodance gracias a “Rocket to Uranus”, en 2010: “I’m on a rocket to uranus, / and the rocket’s gonna take us, / to the planet that’ll save us.” (“estoy en un cohete que va a Urano, / y el cohete nos va a llevar / al planeta que nos salvará”).
También los nombres de algunas bandas entran en este juego
Pero no sólo de canciones se nutre la música que toma sus ideas de la ciencia ficción. También tenemos bandas cuyo nombre nace del género. El caso más claro es el los británicos UFO que a pesar de haber adoptado el nombre de OVNI en inglés, producían un muy terrícola heavy metal allá por los años 70.
No se me agotarían los ejemplos aunque me pasara días escribiendo sin descanso, pero lo que pretendo es que seas tú quien abra los ojos y juegue a este entretenido juego que me he inventado… ¿O es que eres monopasional?