Ángel Arango, uno de los los pioneros de la ciencia ficción en Cuba, murió el día 19 de febrero en Miami. Según el blog de Daina Chaviano, falleció mientras dormía a sus 86 años de edad. Nació en La Habana el 25 de marzo de 1926 y cursó su doctorado en derecho civil en la Universidad de la ciudad y más tarde se especializó en derecho aeronáutico.
No fue hasta 1964 cuando publicó varios cuentos de ciencia ficción bajo el título «¿A dónde van los cefalomos?» que junto con la obra poética «La ciudad muerta de Korad» de Oscar Hurtado, se consideran las composiciones literarias pioneras en el nacimiento de la ciencia ficción en Cuba.
Solamente dos años más tarde vio la luz su obra «El planeta negro«, en la cual aparece un cuento llamado «Un inesperado visitante» que ha sido incluido en numerosas antologías de otros países.
Sus obras
Daina Chaviano, lo debió conocer de cerca y le dedica alguna palabras cariñosas en su blog, comentando algunos de cómo era en persona, cómo le llegó a conocer y como el cuento «Un visitante inesperado» fue unos de los cuentos que marcó para siempre su vida.
Según Chaviano, «pese a la cacería de brujas que se desató durante esa época y que llegó a anular y quebrantar a otros autores, Arango regresó al género cuando el velo de la prohibición comenzó a levantarse, gracias precisamente a la persistencia —a veces silenciosa, pero firme— de escritores como él».
Un hombre con vida propia
Se dice que fue un escritor que tuvo una gran influencia por parte de algunos autores clásicos de origen anglosajón como Bradbury, Sturgeon y Asimov. Publicó novelas en muchos países, y también en nuestro país, en España., en México, Francia, Argentina…y después de una vida ajetreada, se estableció en la ciudad de Miami en 2009 junto con su familia.
Chaviano dice en su blog que:»Siempre estaba haciendo planes y dispuesto a aconsejar a todo escritor que se aventurara en su terreno. Era agradable y reconfortante encontrarlo en los portales de la Unión de Escritores (y Artistas de Cuba), y sentarse a oírlo hablar sobre otros autores que a su vez lo habían inspirado«.
En la opinión de Chaviano fue también «el último representante de esa primera generación de escritores del género en la Isla, que abriera el camino para los que vinimos después». El mundo literario de la ciencia ficción echará de menos una figura muy importante de este género, descanse en paz.