Cuando se unen estos dos géneros puede ser un auténtico caos. O eso o que te salga una película como “Guerreros del Espacio” (“The Ice Pirates” 1984), un largometraje de Stewart Raffill que une dos tipos de géneros que por norma no suele funcionar: una historia en el espacio de ciencia ficción donde el agua es casi inexistente con piratas espaciales regada con tonos de humor, que clasifican la película en comedia.
La carga de humor se basa en parodias de otras películas de ciencia ficción, como “La Guerra de las Galaxias”, “Mad Max” o “Alien, el octavo pasajero”. Un despliegue sketches que aunque graciosos a menudo resultan delirantes hasta el punto de ser una comedia agobiante.
El hielo esta poco valorado, hasta que se necesita
La vida en la Tierra ha cambiado hasta el punto que el planeta azul ya no lo es. Nuestro mundo es un desierto víctima de la sucesión de guerras en toda la galaxia que ha acabado extinguiendo este bien tan preciado, el agua.
Esto hace que las pequeñas reservas que aún quedan protegidos por templarios, que la almacenan en bloques de hielo, lo que para muchos son codiciados tesoros. Y como tales, comienza la aparición de grupos de piratas galácticos los cuales quieren hacerse con estos bloques helados.
El capitán de estos piratas es Jason (Robert Urich), que guía a los suyos para conseguir robar el agua a los templarios. Pero la aparición de una princesa dormida hace que Jason se distraiga y sea capturado, condenado a ser esclavo.
Afortunadamente, logra escapar gracias a la ayuda de la princesa Karina (Mary Crosby) junto a los demás piratas. A cambio, tendrán que ayudar a la joven princesa a encontrar a su padre que ha desaparecido al encontrar lo que llaman “el Séptimo Planeta”, donde los rumores dicen que se ha encontrado agua.
Un desmadre de película
Una producción que les consto a los estudios Metro Goldwyn Mayer la friolera de 9 millones de dólares, de la época (como suele decir mi madre). Empleados en la construcción de maquetas, caracterizaciones y demás efectos especiales y medios súper ochenteros, pero que en la época eran toda una pasada.
En cuanto su reparto, contó con estrellas de la televisión de la época, como Robert Ulrich, Mary Crosby, John Carradine, Ron Perlman y la aún popular Angelica Huston.
La película nos da grandes momentos que se suceden entre luchas contra robot, “herpes espaciales” que contagian a todos nuestros antihéroes y la locura de ver a un loro sin plumas, que no queremos ni saber cómo consiguieron.
En fin, una película que como comedia funciona a trompicones pero que forman parte de la cultura de la ciencia ficción.