Esta serie estadounidense consta de cien capítulos divididos en cinco temporadas. Considerada ya una futura serie de culto, combina estilos de tres grandes series televisivas: «Expediente X», «En los límites de la realidad» y «Estados alterados».
La serie comenzó siendo una serie de casos imposibles relacionados con la ciencia experimental que una división especial del FBI dependiente de Seguridad Nacional se encarga de estudiar e investigar.
Poco a poco se va descubriendo una trama detrás de estos ensayos clínicos que tienen que ver con una antigua división de investigación que rayaba lo paranormal y sobrepasaba lo ético.
Un equipo de investigadores muy variopinto
Con la ayuda de uno de los científicos que desarrolló esa división científica, el hijo de éste y la de una dudosa dama a cargo de una de las mayores empresas de investigación del mundo, la agente Olivia Dunham deberá ir descubriendo qué amenaza se encuentra tras estos ataques.
La serie poco a poco deriva del estudio de los meros casos que capítulo a capítulo nos presentan a la complejidad de investigar la trama subyacente de los viajes en el tiempo y la realidad paralela.
Realidad o delirio de científico loco
Mezcla de pseudo-ciencia y steampunk en alguno momentos, la serie se va deslizando hacia una historia cada vez más compleja en la que la realidad de la existencia misma peligra.
Uno de los platos fuertes de esta serie es el papel del doctor Walter Bishop. Pues sus problemas mentales nos hacen estar siempre preguntándonos si lo que cuenta es cierto o no. Demostrando casi siempre que todo lo que dice tiene un punto de realidad.
Cada paso medido con cuidado
Otra de las historias que mantienen la intriga es la búsqueda de Olivia de la razón por la que parece ser escogida para esta misión. Algo hay que la hace especial para ese trabajo y quiere descubrir por qué.
Impredecible, cuando parece que la trama va a ir hacia algo que intuimos, da un giro y descubrimos que casi nada es lo que parece.
¿Algo de realidad detrás de la ficción?
La ciencia real y la de ficción se mezclan para construir un mundo con varias realidades posibles que, tal vez, no puedan convivir sin destruirse.
Experimentos basados en estudios de la época de la guerra fría nos harán plantearnos que es posible que haya una realidad diferente a la que conocemos en algún laboratorio secreto.