Si te pregunto por el nombre del protagonista de Un mundo feliz, es muy probable que tengas consultarlo en algún sitio, del mismo modo que si lo hago por el título de la novela en la que nació R2D2. Ocurre que a veces la obra devora al protagonista y a veces el protagonista se impone a la obra que lo vio nacer.
Hoy, concretamente, nos vamos a ocupar de unos personajes de tal carisma que nos importa más bien poco el nombre de la obra en la que nacieron. Además, van a tener un denominador común: son superhéroes.
De nuevo he de recordar que nos tomamos el género de ciencia ficción en un sentido amplio, pero riguroso a la vez: los personajes que desfilarán por este artículo y los demás de la serie que aquí nace, viven en una sociedad, realista o no, verosímil en todo caso, en la que se han cambiado una serie de factores, pero en la que todo es científicamente impecable.
Daredevil
Comenzamos este muy somero vistazo por uno de los superhéroes más realistas, a la vez que atormentados y, por tales motivos, carismático: Daredevil. Creado por Stan Lee y Bill Everett, aparecía por primera vez en Daredevil #1, en 1964
El “diablo escarlata” no tiene superpoderes, más allá de la ecolocalización y un oído imposible. Porque se trata de un abogado ciego, Matt Murdock en la vida civil, que es capaz de “ver” como los murciélagos, por el sonido que rebota en los objetos. Sus sentidos hiperdesarrollados son sus poderes.
Por lo demás, las capacidades de Daredevil son una forma física envidiable, una agilidad de acróbata y un bastón desmontable que lo saca de cualquier apuro. Los que sí son “súper”, son los criminales a los que se enfrenta. De entre ellos, vamos a destacar a uno sólo. Por ningún motivo en concreto, sólo porque me encanta. Hablamos de Bullseye, un tipo de puntería infalible capaz de convertir un avioncito de papel en un arma mortal.
No se vayan todavía…
Hablando de Daredevil, casi me he quedado sin espacio para mencionar más personajes cuya fama ha superado a la de la obra que os vio nacer, de modo que dejo en una promesa unos cuantos artículos más sobre superhéroes cuya fama ha trascendido a la obra en la que nacieron.
Por cierto: la protagonista de Un mundo feliz es la pareja de Lenina y John (una afirmación tan cierta o tan discutible como tú quieras); y R2D2 nacía, si es que un droide puede nacer, para el cine en 1977, en “Star Wars Episode IV A New Hope”.