Érase una vez que se era… allá por el año 2000 se unieron las dos series de la colección francesa “Érase una vez…” llamadas “Érase una vez… el espacio“ y “Érase una vez… la vida”. La primera de ellas se creó allá por el año 1982 y la segunda, la de la vida que ha sido el mayor éxito en España data de 1987.

Los creadores decidieron unir en el año 2000 ambas series para dejarlo en “Érase una vez… la ciencia” ya que abarcaban todo lo que se consideraba científico bajo su punto de vista. Hay que concederles a los creadores que simplemente por el hecho de tener una serie sobre el espacio ya estamos hablando de ciencia.

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No siempre la ciencia ficción es lo que parece porque esta serie basada en el espacio y es ciencia ficción en toda su esencia. Con su creación se esperaba realizar una crítica a través de la ciencia ficción de lo ignorantes, avariciosos, intolerantes que podemos llegar a convertirnos los seres humanos si no tenemos cuidado en un futuro.

Críticas desde la ciencia ficción

Retomando el tema de la ignorancia, la avaricia y la intolerancia que en más ocasiones de las debidas debemos admitir es el deporte mundial no es lo único que se critica en la serie. La humanidad en el año 3023 está modernizada tecnológicamente a niveles más elevados de lo que puede asumir y la robotización se ha vuelto algo peligroso que se debe controlar.

Con la serie animada basada en la ciencia querían demostrar que todos los seres vivos son humanos. Hasta tal punto llega ese intento por conseguirlo que los protagonistas consideran a los extraterrestres como uno más y que todas las razas inteligentes tienen los mismos derechos.

Para todos los públicos

Esta serie pensada originalmente para ayudar y sobre todo motivar el aprendizaje de los más pequeños no pasa de moda. Con ellas los niños pueden aprender muchas cosas no solamente sobre la tolerancia (que ya es algo de lo que estar tremendamente orgulloso) sino de cómo puede ser un futuro y las repercusiones de la ciencia.

Aunque es una serie pensada para niños debo admitir sin ruborizarme que yo tampoco soy capaz de aburrirme con ella. Es una serie que aun siendo una persona adulta es capaz de enseñar, quizás no los principios de la tolerancia y la ambición pero si alertar de que el mundo puede no ser tan diferente a como lo pintan.