Hoy os voy a hablar de una de mis novelas favoritas: I Am Legend, Soy Leyenda, escrita por Richard Matheson en 1954, un clásico de la ciencia ficción y el terror que sirvió de inspiración para la película de 1968 La noche de los muertos vivientes. Ahí es nada.
La trama se desarrolla en los Ángeles y narra un futuro oscuro y desesperanzador tras una guerra bacteriológica que ha acabado con la mayor parte de la humanidad y convertido al resto de los seres humanos en seres infectados con una enfermedad con los síntomas típicos del vampirismo. Hay dos tipos de supervivientes: los infectados y los muertos resucitados gracias a la bacteria, similares a zombies.
Sólo queda un hombre sobre la faz de la tierra: Robert Neville, cuya existencia rutinaria y monótona se reduce por el día a reparar la casa de los desperfectos ocasionados por los zombies, conseguir comida y buscar y matar a todos los infectados, quienes duermen en estado comatoso hasta la noche.
Al anochecer, Neville cierra las puertas y se enfrenta a la locura y el horror de oir las hordas de zombies que se concentran alrededor de su casa intentando entrar para aniquilarle. Escuha música clásica, se refugia en sus dolorosos recuerdos y bebe alcohol hasta caer rendido preguntándose día a día si no sería más sencillo abrir la puerta y acabar con todo.
Soy Leyenda habla de la soledad, la desesperación, la frágil frontera entre la cordura y la locura, la gran pregunta moral de quién es bueno y quién es malo, la lucha por la supervivencia frente al deseo perfectamente justificado en este caso, de abandonarse al suicidio.
«L’ultimo uomo della Terra»
El último hombre sobre la Tierra fue la primera adaptación de Soy Leyenda. Dirigida en 1964 por Ubaldo Ragona y Sidney Salkow y protagonizada por el gran Vincent Price. El guión es de William Leicester, Furio M. Monetti, Ubaldo Ragona y el propio Matheson.
Sin embargo, no le gustaron todos los cambios que le hicieron al guión, de ahí que aparezca en los títulos de crédito con el seudónimo Logan Swanson. Según sus propias palabras: «Me decepcionó El último hombre sobre la Tierra, a pesar de que más o menos siguió mi historia […] creo que Vincent Price, a quien adoro en todas las películas que he escrito, no fue bien seleccionado para el papel. También sentí que la dirección era un poco pobre. Simplemente no me importaba».
No obstante a mí me parece una película interesante y bien llevada gracias, precisamente,a Vincent Price; ya que el resto acusa un bajo presupuesto que se refleja sobre todo en la dirección artística, fotografía y escenografía. Puede que no sea objetiva ya que Price siempre me ha parecido un actor soberbio, por ello coincido con Jeff Stafford que declaró en un artículo para Turner Classic Movies «Morgan no es un sobreviviente heroico sino un hombre que está deprimido, agotado y en peligro de perder su propia humanidad. Price transmite esto en una interpretación sutil (…)».
Como curiosidad decir que se rodó en Roma aunque en teoría la acción se desarrolla en los Ángeles.
Otra de las adaptaciones al cine fue Omega Man (El último Hombre vivo) de 1971 con Charlton Heston y Anthony Zerbe como protagonistas. El argumento apenas se acerca a la novela. No puedo opinar sobre ella ya que todavía no la he visto, quizá otro día ya que la tengo en mi casa en la pila de películas pendientes y me apetece verla a diferencia de la adaptación de 2007 llamada I am Omega cuyo argumento me repele como el agua al aceite.
Soy Leyenda de Francis Lawrence
En 2007 se estrenó la versión cinematográfica más conocida de Soy leyenda; dirigida por Francis Lawrence, con guión de Akiva Goldsman y Mark Protosevich, y protagonizada por Will Smith. Llevaban años dándole vueltas al proyecto; de hecho durante años se intentó rodar una versión con guion de Mark Protosevich y dirigida por Ridely Scott. Se barajaban como actores protagonistas a Tom Cruise, Michael Douglas y Mel Gibson hasta que en 1997 el estudio se decantó por Arnold Schwarzenegger.
Gracias a la divina providencia el proyecto no materializó jamás, principalmente por los fracasos de taquilla de Ridley Scott y Schwarzenegger. No sé si Scott hubiera recuperado parte de la gloria de Blade Runner o hubiera pinchado como con 1492, pero haber rodado con Schwarzenegger como alter ego de Robert Neville hubiera sido un crimen contra la humanidad sin absolución posible.
Es evidente el alto presupuesto de esta versión y Will Smith realiza una gran interpretación, pero uno de los cambios en el guión afecta a la misma esencia del libro: el motivo por el cual Neville es leyenda, y es imperdonable.
Por eso os recomiendo que leáis la novela y os dejéis arrastrar por la soledad, la desesperación, la lucha vital por no enloquecer, el instinto de supervivencia y la esperanza que se alza entre los escombros aun a sabiendas de que puede caer de nuevo y no levantarse jamás.
Fuentes fotográficas- Portada original de la primera edición por http://www.sawtoothbooks.com/store/25028.htm.