Heme aquí para cumplir una vieja promesa: recopilar las películas de ciencia ficción más viejas de las que tengo noción (si alguno esperaba, por el título, que hablase de las brujas de Pratchett o de la señora mayor de Poltergeist, siento desilusionarlo; otro día). Y la verdad es que son muy, pero que muy viejas, apareciendo en la misma cuna del séptimo arte.
Pueden señalarse tres o cuatro líneas maestras en este cine primigenio. La primera de ellas es la importancia de la figura de Georges Méliès (1861-1938), ilusionista y cineasta francés que asistió al primer pase de los Lumière y protagonizó no sólo el inicio del género sino del cine mismo. Con Viaje a la Luna (1902) no sólo nace la primera película de ciencia ficción, sino varios recursos narrativos, como el primer travelling.
Méliès, autor de más de 500 películas, encontró en la ciencia ficción, la fantasía y el terror nuevos campos donde explorar su creatividad en títulos como El viaje a través de lo imposible, una serie sobre Fausto o La linterna mágica. Otra línea maestra del género temprano que ya se aprecia claramente en el cine de Méliès es la influencia de la obra de Julio Verne.
Toda historia tiene un principio… no?
La obra de Verne inspiraría no sólo a Méliès (que hizo al menos cinco versiones de las novelas vernianas) sino también a Paton, que en 1916 rodaría la primera película de ciencia ficción norteamericana y la primera versión de 20.000 leguas de viaje submarino, con permiso del propio Méliès y del hijo de Verne (que lo intentaron en 1907 y 1908 respectivamente).
Una tercera constante del género que aparece desde el principio es la fascinación por los viajes espaciales. Lo vemos en los trabajos de Méliès, en el Viaje a Marte (1918) del danés Holger-Madsen, o en La mujer en la luna (1929) del genial Fritz Lang (el de la también magnífica Metrópolis). Otros subgéneros clásicos ya se insinuaban en El mundo perdido (Harry Hoyt, 1925).
Con la implantación del star system y los grandes estudios en los últimos años del cine mudo y los primeros del sonoro, el cine fantástico que tantos éxitos conoció en los primeros años del cine sería dejado de lado a favor del cine de tipo romántico, donde los guapos y guapas actores de Hollywood podían encandilar a una incipiente clase media ansiosa por emocionarse ante la gran pantalla.