“Mindscape” es de esas películas que aunque se clasifiquen dentro de la ciencia ficción lo cierto es que finalmente a penas tocan el género de refilón. Esta es la primera de las desilusiones que te llevas si vas a la sala de cine esperando ver un film de género tal y como lo anuncian en algunos sitios. Su argumento tiene un toque de ciencia ficción, pero es una excusa y no el motivo.
Estamos en un futuro cercano y hay una nueva especialidad de trabajo. Unos terapeutas capaces de trabajar con sus pacientes accediendo a sus recuerdos. En estos, el especialista se convierte en un mero espectador que puede ver lo que el paciente recuerda, pero sin interferir en su mente más que para arrancarlo de la ensoñación si lo considera necesario.
Un thriller algo decepcionante
Esta es la partida de “Mindscape”, una película que básicamente es un thriller, aunque su argumento resulta demasiado obvio, incluso para aquellos que no nos dedicamos a analizar la película y tan solo dejamos transcurrir la misma dejando que jueguen un poco con nosotros.
Pero la película promete más de lo que realmente ofrece con un comienzo que engancha y te pone la miel en los labios, pero que poco a poco se va desinflando hasta acabar siendo demasiado reiterativa.
Esto es debido quizás a un intento de centrarse en la historia y los personajes y no querer enredarnos demasiado con explicaciones o con las típicas trampas a las que nos tiene acostumbrado el género. Pero un poco más de misterio o de juego con un tema sin duda daba para mucho más, hubiera sido muy de agradecer.
Un buen trabajo, a pesar de todo
Pero a pesar de los fallos del guión y de una dirección ligeramente floja en algunos momentos, no es un mal comienzo para Jorge Dorado, que se estrena en la dirección de un largo con esta película. Dorado sabe crear el ambiente adecuado y combina muy bien la fuerza visual que por momentos tiene la película con los efectos de música y sonido.
Y si la mano del director no es mala, la de los actores es lo que realmente salva a esta película. Mark Strong y Taissa Farmiga están muy bien en sus papeles. Especial mención merece Farmiga, a la que conocemos por sus trabajos en la primera y tercera temporada de la popular serie “American Horror Story” y que parece sentirse muy a gusto interpretando a adolescentes muy peculiares. Su aspecto frágil es respaldado por una gran calidad interpretativa.