Todos tenemos alguna tara en la vida. Alguna cosa importante que no hemos hecho, y de la que solemos ser conscientes, aunque nunca encontremos el momento de ponerle solución. Alguna falla grave en nuestra educación, alguna película que no hemos visto, algún sitio al que no hemos ido, algún plato tradicional que no nos gusta, lo que sea.
Yo no he leído Dune. Sí, ya lo sé, ya lo sé. Me dispongo a remediar por fin mi tara. Pero no tengo mucho tiempo libre, y no lo neguemos, es un libro gordo. Con continuaciones. Muchas (¿demasiadas?). Y a mí no me gusta dejar esas cosas a medias. Así que me he hecho, para autoanimarme, una lista con cinco razones para leer Dune.
1.- Los “clásicos” que crean escuela y que buena parte de la gente que conoces (y respetas) alaba han de ser leídos sí o sí. Por algo el autor, Frank Herbert, es uno de los popes del mundillo y el libro ha vendido unos doce millones de ejemplares. Doce millones de moscas… Por lo menos para hablar con criterio y poder ir a cualquier club de rol o tienda de comics con la cabeza bien alta.
Hay que leer a los clásicos
2.- Para cerciorarnos de que David Lynch ha cometido un crimen que ya parecía gordo sin haber leído el libro; y es que es difícil encontrar literatura, y mira que la hay mala, que pueda inspirar de igual a igual semejante bodrio, que sólo unos cuantos sentimentales fanáticos o absolutos desconocedores del universo Dune pueden apreciar.
3.- Para que ese amigo tan palizas que no deja de decirte que te leas Dune se calle de una maldita vez; aunque seguramente una vez te lo hayas leído te mirará con un brillo extraño en su enfebrecidos ojos y repetirá “a que es bueno, te lo dije” hasta la saciedad.
4.- Porque ahora que el universo Tolkien se ha vuelto taaan lugar común (la cuesta abajo comenzó el día que el primer futbolista se tatuó la leyenda del anillo en el antebrazo “porque hace bonito”)… Un buen aficionado a la ciencia ficción no puede permitirse ser tan mainstream y debe refugiarse en otro complejo mundo de fantasía menos explotado.
5.- Porque se aproxima, parece ser, una nueva y ambiciosa y siempre sospechosa versión cinematográfica. Es un típico proyecto guadianesco a cargo de Peter Berg y Paramount, en pie desde 2008 pero que no parece que eche a caminar. Pero siempre queda mejor decir que has leído el libro antes de ver las películas…