Terry Pratchett figura sin lugar a dudas entre los mejores escritores de fantasía y ciencia ficción que en el mundo han sido. ¿Sin lugar a dudas? He visto a varios amigos alzar las cejas con incredulidad al oír decir tal cosa; no dudando de su nivel como escritor de fantasía, pero sí de ciencia ficción. Aquí utilizaremos el libro Ronda de Noche para mostrar por qué Pratchett es también un gran autor de ciencia ficción.

Primero, la nota biográfica. Terry Pratchett (Beaconsfield, 1948) estudió en una escuela técnica, fue periodista y trabajó como relaciones públicas en una central nuclear antes de encontrar la gallina de los huevos de oro en el universo Mundodisco. El color de la magia, Mort, ¡Guardias, guardias! o Soul Music son algunas de sus obras más conocidas. El tío es caballero de la Orden del Imperio Británico…

discomundo
Discomundo; psi, no tiene un aspecto muy científico…

La saga La ciencia de Mundodisco (con el matemático Ian Stewart y el biólogo Jack Cohen) bastaría para probar las muy serias relaciones entre la obra de Pratchett y la ciencia. En estos libros, al albur de un relato sobre la creación de una especie de reactor nuclear y un Mundoglobo en la pista de squash de la Universidad Invisible, se exponen ideas científicas complejas sobre la creación del universo, física de partículas, epistemología, determinismo…

Ciencia, magia,,, lo que sea

En Ronda de noche, nuestro viejo conocido el capitán de la guardia Sam Vimes se ve envuelto en la persecución de un criminal con viaje en el tiempo incluido. Trasladado atrás en su propia historia, y aún sin entrar en los detalles técnicos del viaje, deberá gestionar los vericuetos de los efectos secundarios provocados por los viajes de este tipo en Mundodisco y en su propia historia.

Algunos arrugarán la nariz ante la idea de llamar ciencia ficción a lo que hace Pratchett. Pero trata temas clásicos como los viajes en el tiempo, genera su propia cosmología, y no es el único autor que ha introducido la variable mágica en su trabajo. ¿Y qué si lo llama “magia”? Es racionalmente lógico (dentro de lo que permite el enloquecido Mundodisco), pero enfocando desde una sensibilidad muy especial.

A diferencia de otros autores, Pratchett no hace de la ciencia el centro de su trabajo, sino que magistralmente lo integra de forma natural en su literatura. Desde el Olimpo de los creadores y siempre en clave de humor, bajo el aspecto de aventuras desternillantes se ocultan un agudo análisis de las relaciones humanas y una fuerte crítica de nuestra sociedad.