Parafraseando al gran Terry Pratchett, una de las cosas más divertidas que uno puede hacer sin ayuda de nadie es echar un vistazo a cómo se imaginaban los autores de hace unas décadas que sería la era actual. Hazlo, verás, hasta qué punto puedes llegar a reírte o, como poco, sonreír ante unos desatinos a la altura de los brujos de la tele.

Vamos a comenzar con una verdadera joya, por antigua y por curiosa, del séptimo arte: “Madrid en el año 2000”, rodada por Manuel Noriega en 1925. En ella, podíamos ver la capital de España con playa y puerto de mar. Aunque, con esto del calentamiento global y la fusión de los polos, igual dentro de 50 años quien tenga una casa en la sierra se encuentre con que en realidad posee un chaletito en primera línea de playa.

Ahora, mira a tu alrededor: sin contar al chico que no siente ni padece mientras juega a la videoconsola o la muchacha que teclea en el móvil con la vista fija, sin parpadear, como poseída, ¿ves algún zombi? Porque eso era lo que se predecía en “Soy Leyenda” (2007): en 2012, todo el mundo se convertiría en zombi salvo Will Smith y un perrito.

Profecías sobre un caos que no llega

Tampoco es fácil que se cumpla el vaticinio de “Rescate en L.A.”, una peli en la que John Carpenter describe a la ciudad de Los Angeles sumida en la anarquía. Aunque como los Lakers sigan jugando así y Jack Nicholson se nos enfade con su equipo, aún estamos a tiempo de verlo. De ser así, por favor, rescátennos a Pau Gasol, un tipo al que la Unesco debería declarar Patrimonio de la Humanidad.

Tampoco es fácil que a lo largo de este 2013 se vaya a estrenar “Tiburón 19”. No parece que el escualo vaya a dar para rodar tantas secuelas en tan poco tiempo, de modo que le apuntamos el fallo a “Regreso al futuro”, película de 1990. Ni es demasiado factible que dentro de sólo seis años los androides sueñen con ovejas eléctricas o veamos a los replicantes de “Blade Runner”.

Aún puede ser

Por supuesto, y vista la velocidad a la que avanzan las ciencias, aún estamos a tiempo de que se cumplan determinados vaticinios, como los viajes en el tiempo de “12 monos” (1995), película que sitúa estos viajes en 2035 (¿A dónde irías tú?). También nos quedan aún 71 años para que hayamos colonizado Marte, algo que ocurrirá hacia 2084, según “Desafío Total” (1990), aunque no sé de qué nos va a servir si en 2057 se nos apaga el sol, algo que se cuenta en “Sunshine”, de 2007.

Todos ellos y muchos más son augurios que no se han cumplido o que, desde un punto de vista científico, tienen muy pocos visos de hacerlo. Pero yo te voy a ofrecer otra profecía que, salvo catástrofe, sí se va a hacer realidad en un futuro no muy lejano. Éste es un tema tan curioso y divertido que no tardaré demasiado en volver sobre él. Tal vez en este caso hablando de obras literarias, que también son muchas las que pueden incluirse en esta categoría.